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EL AGRICULTOR MODERNO LA TRAVESÍA DE SEMBRAR "PASTO" EN PUERTO RICO


En la portada de esta edición de Sens Culture, hemos reinterpretado la icónica pintura “El Pan Nuestro” de Ramón Frade. Ahora, el jíbaro, símbolo eterno de dignidad, resistencia y perseverancia, sostiene no un manojo de plátanos, sino las flores del cannabis. Esta imagen ilustra la evolución de nuestro paisaje agrícola y celebra el espíritu inquebrantable del agricultor moderno en Puerto Rico.


La travesía de sembrar cannabis en la isla es un viaje lleno de retos, donde cada brote cultivado es un testimonio de esfuerzo y esperanza. Sin embargo, los agricultores enfrentan vicisitudes significativas, comenzando por los altos costos de la energía eléctrica suministrada por Luma. La electricidad es vital para el cultivo interior, y su precio exorbitante pone en jaque la viabilidad económica de las operaciones.


Los retos diarios de estos agricultores van más allá de la energía. La rigidez burocrática impone una carga pesada: seguros, licencias y permisos se suman a un proceso que debería ser más accesible. Es irónico que la industria del cannabis, con su potencial terapéutico y económico, esté atrapada en un marco regulatorio que parece más adecuado para gigantes farmacéuticos. Estos tienen los recursos para navegar cualquier tormenta financiera, mientras que el agricultor local lucha por mantenerse a flote.


La venta de flores a un precio justo es otro desafío. Los primeros cultivadores erraron al bajar los precios, pensando que el volumen compensaría la diferencia. Sin embargo, los costos altos y las bajas tarifas han demostrado que esta estrategia no es sostenible. Los dispensarios deben priorizar la calidad sobre la cantidad y entender que sostener la industria requiere un compromiso con precios justos que reflejen el verdadero costo del cultivo.


Para aliviar la carga, es crucial replantear nuestro enfoque. Subir los precios puede ser una solución, pero también debemos abogar por políticas que apoyen al agricultor. Reducciones en el IVU para productos agrícolas locales, incentivos para el uso de energías renovables, y un proceso de licencias más accesible son pasos esenciales hacia un futuro más sostenible.


En esta lucha por la dignidad y la viabilidad, el agricultor moderno en Puerto Rico sigue siendo un símbolo de perseverancia. Al igual que el jíbaro de Frade, cada uno de estos cultivadores lleva en sus manos no solo una cosecha, sino la promesa de un futuro donde la industria del cannabis florezca con justicia y equidad. Es hora de que todos trabajemos juntos para que esta promesa se cumpla.










Mr. Sens

@mrsenspr

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