La industria del cannabis en Puerto Rico se encuentra en una encrucijada. A pesar del potencial económico y social que la planta ofrece, un obstáculo que entorpece su desarrollo: la banca.
Para entender este dilema, debemos primero comprender lo que es un monopolio. Un monopolio se da cuando una empresa o entidad tiene el control exclusivo sobre un bien o servicio, determinando su precio, calidad y disponibilidad. Esto se produce cuando no hay competencia directa, por barreras de entrada a nuevos competidores o por prácticas desleales.
En la isla, se ha formado una situación de facto en la banca asociada a la industria del cannabis. Solo una compañía banca, cuyo nombre omitiremos, se encarga de todos los servicios de pago y transacciones bancarias de la industria. Este control absoluto limita las opciones, restringe la competencia y paraliza la innovación.
El origen de esta situación es complejo, pero se puede resumir en dos factores principales. Primero, las leyes federales de los Estados Unidos aún consideran al cannabis como una droga ilegal, a pesar de que muchos estados y territorios, incluyendo Puerto Rico, lo han legalizado para uso médico o recreativo. Por ende, los bancos tradicionales, temerosos de posibles represalias legales, evitan tratar con negocios relacionados con el cannabis.
Segundo, la compañía en cuestión ha logrado sortear estos obstáculos legales que otras instituciones financieras aún no han replicado. Así, se ha convertido en la única opción para los empresarios del cannabis en Puerto Rico.
Es aquí donde radica el problema: sin competencia, no hay incentivo para mejorar los servicios, ofrecer tarifas más bajas o buscar soluciones innovadoras. Además, la dependencia total de la industria del cannabis en esta única entidad bancaria la hace vulnerable a cualquier cambio de política o fallo operacional de la misma.
Pero no todo está perdido. Esta situación no es eterna, y su ruptura podría significar una nueva era para la industria del cannabis en Puerto Rico.
Si otras cooperativas, o incluso bancos tradicionales, logran superar las barreras legales y entrar al mercado, se desataría una competencia que beneficiaría tanto a los empresarios como a los consumidores. Nuevos servicios, mejores tarifas y más opciones estarían disponibles, y la industria se fortalecería.
Además, la entrada de nuevos jugadores podría atraer inversión y desarrollo, impulsando tanto la industria del cannabis como la economía puertorriqueña en general.
Es hora de hacer un llamado a la acción. Necesitamos que el gobierno, los reguladores y las instituciones financieras trabajen juntos para superar estos obstáculos. Necesitamos más competencia, más innovación y más opciones.
La industria del cannabis en Puerto Rico tiene un gran potencial. Pero primero debemos sobre pasar algunos obstáculos que tenemos actualmente y romper las cadenas que atan el crecimiento de la industria.
Mr. Sens
@mrsenspr
Коментарі