Una reflexión desde el Centro Comprensivo de Cáncer
- Nov 5
- 2 min read
Visitar el Centro Comprensivo de Cáncer provoca una inevitable introspección sobre el rumbo de la industria del cannabis medicinal en Puerto Rico.
¿Estamos verdaderamente cumpliendo con nuestra misión?
¿Estamos alcanzando a quienes más lo necesitan?
Sin ánimos de ofender ni señalar directamente pues conozco y valoro a muchas personas comprometidas con esta industria, es necesario hacer un analisis honesto del mercadeo que hemos desarrollado hasta ahora.
En mercadeo hay una regla universal: se debe comunicar pensando en el público que se desea atraer. Si queremos llegar a pacientes que se pudieran beneficiar y a adultos mayores, no deberiamos utilizar elementos visuales o narrativas infantiles o juveniles. Un adulto mayor difícilmente se sentirá identificado con caricaturas. embaques coloricos, estilos gráficos que evocan fiestas o entretenimiento. Eso simplemente no conecta. Y sin conexión, no hay conversión.

Gran parte de las campañas y estrategias de comunicación han estado claramente orientadas
hacEia el mercado recreacional, no a pacientes con condiciones como el cáncer ni a los que más podrían benefciarse, personas mayores de 55 años o más, que además representan una mayoría demográfica.
Por ejemplo: ¿Cómo le explicamos a un paciente de 70 años de cáncer terminal que un "gummy" con empaque fluorescente y diseño juvenil es un tratamiento serio?
No cuestiono la eficacia del producto, pero sí la imagen que proyecta. La percepción importa, especialmente en medicina. ¿Cuántas marcas, cultivos o manufactureras están ofreciendo educación seria y consistente en espacios relevantes? Nos referimos a hospitales, centros de cuidado, hogares de envegecientes, instituciones académicas, el Centro Comprensivo de Cáncer y foros con médicos especialistas.
En cambio, vemos la mayoria de los esfuerzos centrados en actividades sociales como "beach clubs", conciertos o festivales temáticos. Estas iniciativas pueden ser útiles y atractivas, sí, pero rara vez alcanzan al veradaero paciente.
Reconocer estas fallas es el primer paso para mejorar y evolucionar como industria. Si los adultos mayores representan la mayoría demográfica que podría beneficiarse del cannabis medicinal, ¿por qué seguimos dirigiéndonos a un público más joven y ya familiarizado con la planta?
Necesitamos repensar nuestra estrategia comunicación, adaptarla a un tono mas serio profesional, informativo. En pocas palabras: hablar el lenguaje del paciente, no del consumidor recreativo.
Tras varios años de legalización medicinal, los usuarios más activos siguen siendo, en su mayoría, los mismos que ya consumian cannabis antes de su regulación.
Muy pocos pacientes nuevos han sido integrados, especialmente aquellos con condiciones crónicas o terminales que más lo necesitan. La realidad es clara: la gran mayoría de los pacientes aun desconoce los beneficios reales del cannabis medicinal.
Sabemos que la legalización recreacional no está cerca. Entonces, ¿no es este el momento ideal para replantear cómo nos proyectamos como industria? La madurez, la seriedad y la confianza, deben estar al centro de nuestra comunicacion. Que los embaques hablen de salud. Que nuestras campañas inspiren confianza, no confusión.
Los numeros no mienten. Ni el crecimiento de pacientes, ni el conocimiento general sobre la plantahna sido el esperado tras varios años de operación. Nos queda trabajo por hacer, y todo comienza con una simple pregunta.
¿Estamos llegando realmente a quienes más nos necesitan?
Si la respuesta es no, es hora de cambiar el rumbo.

Lcdo. Gabriel Sifre
CONSULTOR
@unamoñasinpelo







Comments